Cuando se lee el argumento esgrimido por Hugo Gutiérrez, secretario de seguridad pública en Veracruz, para apoyar su hipótesis de que el fiscal acusa a elementos policiacos para desviar la atención de la posible participación del ex gobernador Yunes Linares en el homicidio de la ex alcaldesa de Mixtla de Altamirano, se atropellan en mente suposiciones al por mayor, entre ellas que es ridícula y tonta esa acusación pues solo alude a que el homicida material trabajó “en su oficina hasta el último día de su gobierno, teniendo antecedentes penales”, o, también, que la acusación pudiera traer subyacentes intenciones de otra naturaleza contra el ex gobernador. Sin ánimo de revestirse de abogado del diablo, la acusación parece atrevida porque requiere de elementos de prueba de mayor consistencia, de no haberlas, en términos legales pudieran revertirse seriamente contra el acusador.