Resulta muy pírrica la explicación sobre el costo excesivo de la presentación de un grupo musical en Xalapa con motivo de las fiestas patrias. Según la versión, el gobierno actúa como un agente de artistas buscando lo más atractivo en cartelera, y con ese argumento se pretende justificar el elevado costo para contratar a la banda La Adictiva, porque “la gente lo pide”, y entonces paga un contrato de seis millones por algo que normalmente cuesta dos. “Yo soy honesto y transparente…” dice, el gobernador, pero para qué hacer cosas buenas que parecen malas, pues eso no basta para justificar el dispendio provocado por quien dejó al “ai se va” un asunto que debió tramitarse con anticipación, no resolverlas en el último momento. En el servicio público eso se califica de ineficiencia, y es irresponsable porque el dinero que se gasta es del pueblo y su derroche es corrupción.