Cuando la matanza en Minatitlán desde
el palacio del pueblo, en Xalapa, hubo pronta respuesta: ya había dos detenidos
y caerían todos los responsables; pocos meses después aconteció la masacre en
el bar “Caballo Blanco”, de Coatzacoalcos, la respuesta oficial llegó de bote
pronto: ya se había detenido a “La Loca”, quien a quien atribuyeron el atentado
que ocasionó la muerte de 30 personas inocentes, pero esa versión fue
desmentida por la Fiscalía General, que atrajo el caso a sus dominios y ni aun
así hay resultados que inviten a pensar que la impunidad es cosa del pasado.