- Realizó trabajo de investigación sobre las leoneras en el son jarocho, con el que se tituló de la Licenciatura en Educación Musical
Fausto Gómez realizó investigación sobre la violencia de género en el son jarocho
Paola Cortés Pérez
28/12/2019, Xalapa, Ver.- Fausto Gómez García, egresado de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), comentó que la violencia y el acoso sexual contra las mujeres sigue igual que hace décadas dentro del son jarocho y se debe a que el sexismo es algo estructural socialmente y no una cuestión individual.
Para obtener el título de Licenciado en Educación Musical, Fausto Gómez durante un año analizó e investigó sobre la violencia y acoso sexual en el son jarocho, resultado que presentó el 21 de febrero en tesis intitulada “Leoneras: un análisis feminista del son jarocho”.
“Fue un análisis de cómo se manifiesta la dominación de los hombres hacia las mujeres en el son jarocho, me enfaticé en las mujeres que tocan la leona (cordófono de cuatro cuerdas percutidas que hace la función de bajo en el son jarocho), instrumento que tradicionalmente es tocado sólo por hombres.”
Destacó que en el momento de realizar la investigación sólo había ocho mujeres que interpretaban la leona a nivel internacional y de ellas sólo pudo entrevistar a cuatro: dos que viven en Xalapa, una que residía en Puebla y otra más en Estados Unidos.
Este trabajo, detalló, le llevó un año entre ponerse en contacto con las mujeres músico –gracias a una amiga, que fue la segunda mujer en tocar la leona–, hacer las entrevistas, investigación y análisis de la información obtenida.
Contó que en el son jarocho, por tradición las mujeres sólo bailan y si alguna llegaba a tocar la jarana se consideraba que transgredía una norma social, esto tiene relación con patrones de sexualidad.
“Tradicionalmente en las comunidades del son jarocho la forma en que se podía buscar pareja era en un fandango; entonces, las mujeres al bailar eran una suerte de catálogo, una manera de mostrarse, mientras los hombres escogían.”
Cuando entrevistó a diversas mujeres que están dentro del son jarocho, le respondieron que la tarima es un instrumento musical, tiene una percusión muy desarrollada y no sólo se baila aleatoriamente. Sin embargo, los hombres decían que las mujeres que bailan en la tarima no son músicos sino bailadoras. Entonces, existe esta ambigüedad.
Recordó que, durante su examen profesional, uno de los sinodales le preguntó ¿cómo ha avanzado la situación de las mujeres en el son jarocho?, respondió que no ha habido un avance sino una integración de las mujeres, ahora hay mujeres que tocan la jarana, que hacen versada y tocan otros instrumentos que antes no podían; pero la violencia y el acoso sexual contra ellas seguía igual que hace décadas.
“Esto sucede porque el sexismo es algo estructural, no es algo individual; esto es, existe un sistema sexista que se expresa y del que se beneficia. Se habla de estas relaciones de poder en las que hemos sido criados y que de repente somos inocentes frente a esta situación.
”Regresando al caso de las leoneras, no hay inocencia en los hombres que las rodeaban –que también eran leoneros–, estaban muy conscientes del poder que tenían sobre ellas, así que debían excluirlas no sólo como una forma de reafirmar su poder sino que era una forma de reducir la competencia.”
Un ejemplo de ello fue el caso de una mujer que tocaba el requinto, instrumento del son jarocho que es el más masculino, el que lidera el fandango, por lo tanto, es el instrumento líder, el que expresa la masculinidad, es el instrumento más irruptor.
“En los noventa ella tocaba el requinto, años en que las mujeres ni siquiera tocaban la jarana, era algo totalmente irruptor. Durante un momento de vulnerabilidad que tuvo, su pareja lo vendió y dejó de tocar.
”Esta intérprete, al perder la oportunidad de tocar el requinto, no pudo representar a las mujeres que lo deseaban y durante muchos años no se atrevieron porque no había una mujer que lo hiciera, tuvieron temor de ser las primeras y con qué derecho lo harían.”
Mencionó que al empezar su investigación pensó en buscar a mujeres que tocan la leona y el requinto, pero de este último instrumento no conocía a alguna mujer. Al concluir su tesis tenía conocimiento de sólo dos mujeres que tocaban el requinto.
“No podemos afirmar que sólo el son jarocho es sexista, cuando la sociedad en general lo es precisamente porque hay personas que se benefician de ello: los hombres, porque hay una subordinación de las mujeres.”
Fausto Gómez actualmente se desempeña como asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de esta casa de estudios.