Prolongar el lapso entre la primera y la segunda dosis aceleraría el ritmo al que la gente obtiene al menos una protección parcial. Pero algunos expertos temen que también pueda dar lugar a nuevas variantes.
Lea el artículo en el New York Times
Prolongar el lapso entre la primera y la segunda dosis aceleraría el ritmo al que la gente obtiene al menos una protección parcial. Pero algunos expertos temen que también pueda dar lugar a nuevas variantes.
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