Y llegó el día que me tenía muy preocupado, pensando que ,quizá, por la inactividad provocada por una experiencia extraordinaria en la que se me comisión, ya no tendría el feeling, la sensibilidad para dar clases.
Así es. Me tocó retornar a la vida docente en el período febrero-junio 2022. Pensé que estaríamos en modo presencial pero iniciamos en línea.
Una de las particularidades de la Facultad de Derecho es que ingresan muchos foráneos. Esto significa que son personas que no viven en Xalapa. Lo que provocó que estaban materialmente imposibilitados para acudir, por ejemplo, una hora presencial y todas las demás en línea (mis alumnos eran de Poza Rica, Villahermosa y hasta de San Cristobal de las Casas, Chiapas). Lo que nos dejó en claro que todo el semestre sería en línea.
Así que me preparé todo el mes de enero, como boxeador en su campamento previo a la función, creando en Eminus la parte teórica, los ejercicios, trabajos colaborativos y exámenes parciales de los dos cursos: Derecho Penal General y Derecho Procesal Penal. Leí, releí el material, vi como 5 veces los videos de apoyo, repasé mentalmente, vaya, hasta soñé con esa apertura de curso.
Así que llegó el día de arranque: Los nervios en el curso en línea duplican los que dan en el curso presencial. De entrada, hay que elegir donde se llevarán a cabo las clases (me decidí por la plataforma Zoom). Agregar a todos los alumnos, uno por uno, a Eminus para que conozcan el Plan de Clases y el método a utilizar para la evaluación. Enviar el correo para invitarlos al curso y comentarles que deben ingresar para entender cómo se va a trabajar y que participen para crear el reglamento de convivencia del salón.
Zoom establece un límite de 40 minutos, por lo que se debe organizar perfectamente el itinerario de la clase, para que alcancemos a ver todo lo planificado con antelación.
Se abre la plataforma y empiezas a esperar. Y a esperar. Y a esperar. Viendo tu cara en el reflejo de la pantalla, sólito, con video y micrófono prendidos. Grabando con la ilusión de una videoconferencia con 30 a 32 asistentes y después de 3 minutos (que se sienten como los 40 completos) de una sensación de tristeza y fracaso total.
Y entonces la magia… en la sala de espera aparece el primer alumno… 3 de golpe. 5 más. ¡Acéptalos a todos! 10 más, otros 10. Y de pronto, tienes ya a 29 muchachos prendiendo su cámara para atender al nuevo profesor. 29 de 30, vaya, increíble. Y es cuando te das cuenta que te están mirando, esperando tus primeras palabras.
Un consejo: Empiecen con la palabra correcta o de entrada perderán el control y asistencia de los jóvenes. Necesitas ser serio pero atractivo para tus estudiantes.
No, no me malinterpreten, no es salir provocativo ni como influencer, con un lenguaje cuasi soez o muy “en la onda”.
Se debe hablar con sencillez pero con pulcritud y altura profesional. Que los alumnos escuchen otra forma de comunicarse y que comprendan que, justo así, es como deberán convivir en su futuro profesional.
El porte en el vestir es igual o más importante en línea que en el curso presencial; desde el principio le debes hacer entender al otro detrás de la pantalla que la carrera de Derecho es valiosa, importante y necesaria para recuperar la dignidad colectiva y convivir dentro de los márgenes de la ley y la justicia. Y que, por ello, la forma de vestir forma parte integral de un gran abogado, investigador o docente de la licenciatura.
¿Que cómo inicié mi discurso?
Con el más honesto, amigable y franco: “Muy buenos días, alumnos. Me da gusto verles a todos aquí. Será un honor ser su profesor, facilitador y evaluador durante este semestre”.
Y, al término del curso, donde mezclé todas las herramientas de enseñanza posibles, tratando de sorprenderlos cada día, sí que fue un honor trabajar con 124 jóvenes, de segundo y cuarto semestre, pues no hubo una sola clase donde hubiese menos del 60% de asistencia y porque casi todos realizó y entregó, al menos, el 70% de las actividades (individuales o colaborativas).
Debo admitir algo: jamás en mis 22 años de dar clases (2 no reconocidos pero igual laborados) había creado todo, todo, antes de iniciar el curso. Cuánto esfuerzo e improvisación me hubiera ahorrado y cuanto hubiese elevado mi puntaje como un maestro de excelencia.
Hoy, estoy satisfecho con lo alcanzado. Sé que mis alumnos reforzaron ese andamiaje que les permitirá tener éxito en el futuro y espero que se hayan divertido tanto como yo lo hice.
Las virtudes y la experiencia ordenadas y planificadas siempre darán mejores resultados, en cualquier ámbito de su vida.
Sigo poniendo pretextos al mundo fit, pero cada día me levanto con más interés en dar ese primer paso. Hoy, por ejemplo, anduve con tenis todo el día. Algo es algo, creo.
MORALIDADES. 14 de junio de 2022.