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El día de hoy, 13 de noviembre de 2022, sucedió un evento que, además de acción ciudadana pocas veces vista en este país (equiparable a la famosa marcha del silencio en el año 2011), fue un grito de la ciudadanía mexicana para exigir, con gallardía y un respeto a prueba de cualquier teoría conspiracional oficialista, que el gobierno federal en dos de sus tres órganos del Poder deje en paz la democracia y evite cualquier intento para destruir al Instituto Federal Electoral (INE).
De nada sirvieron los 5 días de insultos y descalificaciones mañaneras, por parte de quien menos debería realizar actos que dividan a nuestra sociedad, a los mexicanos, en amigos de su movimiento o traidores, racistas, clasistas, neoliberales, fifí, prospectos de fifís, opositores, miserables, cínicos y demás epítetos, adjetivos calificativos y groserías a quienes sólo ejercimos nuestro derecho humano a la reunión y a la manifestación pacífica.
De nada sirvió el estadio de Baseball que mandaron montar las autoridades capitalinas en pleno Zócalo de la ciudad de México, para que no se invadiera el espacio que, irónicamente, ha sido motivo de marchas, plantones e invasión por 6 meses, por parte del ahora mandatario federal y sus huestes, por años, décadas diría yo, para quejarse hasta de porqué no fueron los ganadores en un proceso donde, claramente, el ahora Presidente sabía que había perdido.
De nada sirvió que, desde cierto lugar en Veracruz, la regente capitalina, la viajera perpetua, la candidata perenne, la corcholata number one, mandara un mensaje urgente anunciando a la gente de CdMex que había contingencia ambiental nivel Apocalipsis y que la gente no debería salir de su casa; vaya, ni siquiera abrir las ventanas de su casa o podrían morir de una forma espantosa.
De muy poco sirvió la mentira de que salir a la marcha era defender los privilegios de (qué curioso, porque todos ganan muy bien) dos consejeros que odia el oficialismo y que, además de todo, ya terminan funciones y se retiran legalmente del cargo, por lo que la dicente reforma no los va a afectar si es que el desprecio por la razón y la inteligencia sigue reinando en este país y pasa esta, que sería sin duda, la puñalada más artera y criminal a la democracia en México.
Tampoco la invasión, exagerada y lamentable, en redes sociales como Twitter, de toda la Red AMLO en pleno, desde los más visibles como Jenaro Villamil, Fernández Noroña, Epigmenio Ibarra, Claudia Sheinbaum, un español buscado por terrorista en su país y asesor VIP de doña Claudia, la gobernadora Sansores, la senadora Citlalli, hasta personajes en verdad de pena ajena si fueran humanos reales, como Juncal Solano, Ranferi de la Paz, un tal Serrano o el Chapucero (si son reales, la pena ajena aumenta a niveles cósmicos) y muchas, infinidad de cuentas que acaban en una numeración al azar, donde escribían de dos a 3 tuits por minuto minimizando lo que ni siquiera había sucedido y tirando una retahíla de mentiras y frases de odio y discriminación, que provocaba un dejo de tristeza por lo corriente de su “estrategia” para convencer a la gente de no ir a la marcha.
No quiero hablar de millones (quizá sí lo fueron), pero sí es seguro que cientos de miles de mexicanos, con sus propios medios, por voluntad propia y gusto por defender lo defendible, lo justo, el futuro de hijos y nietos en un país que se tambalea entre la democracia y la tiranía u oligarquía al estilo del PRI del siglo pasado, que es lo que busca el oficialismo rapaz con la dicente reforma electoral (solo hay que leerla para espantarse del bodrio de instituto que quieren crear), salieron en forma masiva a decir, en una marcha maravillosamente pacífica, en más de 50 ciudades, que con la democracia no se juega ni se improvisa y que el INE no se toca.
De forma directa se gritó a los legisladores de oposición, a los de partidos rémora y a los mismísimos lacayos del presidente en turno, que esta reforma será su tumba electoral en 2024.
Que no importa que el control de las elecciones recaiga en el mismísimo Manuel Bartlett, como cuando tiró el sistema y quitó el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas (no como cuando Calderón ganó claramente y sin pruebas de lo contrario, más que los ya tradicionales “otrosh datosh”, que no pasan de ser palabras sin sustento alguno), el mundo entero sabrá quienes fueron despreciados, castigados y no votados dentro de dos años.
El pueblo informado, trabajador y sostén de tanto servidor público, de tanto becario y contratado por licitación directa (pues al producir, pagamos impuestos), salió a la calle e hizo su trabajo, fijó su postura claramente.
Ahora, el balón está del lado de ese PRI que apoyó al oficialismo con lo de los militares, junto con la oposición que aún no ha perdido la dignidad, de impedir a toda costa que esta nueva avanzada de la nueva Mafia del Poder, de la oligarquía de los 90% leales y 100% ineficientes, de la ineptocracia que despedaza cualquier esperanza de mejora, desaparezca la democracia que, cuando menos, nos ha llevado 37 años construir y de la que el oficialismo fue parte importante, pero al parecer, ahora le estorba.
¡¡¡Muchas felicidades a la democracia y a quienes tuvieron la valentía y altura de miras para defenderla!!!
Usemos todos los medios a nuestro alcance para que se incendien las redes y los congresistas del país recuperen la memoria, la dignidad y la progenie que llevan 4 años perdidas, en algún lugar de su moral acallada por codicia, miedo o fanatismo.
#ElINEnosetoca
#ElINEsomostodos
#Porlademocracia
#Pornuestroshijos
#DiNoalaReformaAntiINE
MORALIDADES. 13 de noviembre de 2022.