El gobierno de la 4T deposita
todos los huevos en la canasta del rescate a Pemex, es decir, salvar a la
empresa para que una vez alcanzado ese objetito sirva para apoyar el desarrollo
del país; si este plan no funciona entonces el pronóstico es deducible. Las
proporciones en obra pública lo describen con rudeza: de cada 100 pesos,
50 serán para Pemex, 3 para Salud, 2 para Educación y 43 centavos para agua. El
gasto de inversión será de 634 mil 372 millones de pesos, para todo lo
relacionado con la construcción de obras públicas y es menor al ejercido en
2019. El panorama no pinta bien, lo cual desdibuja el paraíso del cambio que
día a día en sus mañaneras diseña el presidente de México. Ahora, las culpas
serán del tiempo