Un mundo dividido entre los vacunados y los no vacunados podría garantizar algo de alivio para las economías y las familias, pero los riesgos éticos y prácticos son altos.
Lea el artículo en el New York Times
Un mundo dividido entre los vacunados y los no vacunados podría garantizar algo de alivio para las economías y las familias, pero los riesgos éticos y prácticos son altos.
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