En La Jornada, el columnista Enrique Galván Ochoa, escribe: “… era una falsedad que la reforma energética fue diseñada para beneficiar a los mexicanos, en realidad sólo está sirviendo para transferir a particulares el patrimonio energético de la nación. Los expendios –de Pemex y empresas privadas– estuvieron vendiendo ayer a estos precios en la Ciudad de México: Magna 16.32 pesos el litro (2.34 pesos más cara); Premium 18.19 (aumentó 3.38) y el diésel a 17.06 (subió 2.43)… La revolución sin disparar un tiro con la que amenazó uno de los firmantes del Pacto por México, Jesús Zambrano, hizo menos ruido que la cohetería de fin de año […]. A través de redes sociales algunas agrupaciones siguen convocando a futuras manifestaciones. El grito en las marchas: el pueblo se cansa de tanta pinche tranza evoca el sentir que ha unido al país. Otra vez se pudo observar que el gobierno tiene a su favor la inagotable abnegación de los ciudadanos”.