Para no incurrir en el error del 2006, cuando Roberto Madrazo asumió la candidatura priista a la presidencia de la república en medio de un cisma presidencial de consecuencias lamentables, los actuales estrategas del tricolor deben aplicarse a la tarea de tranquilizar los ánimos entre quienes junto con Meade aspiraron a la candidatura priista. Faena nada complicada porque se constriñe a Osorio Chong, pues si compitió y formó estructura desde su poderoso sitial de Secretario de Gobernación; Enrique de la Madrid, el doctor Narro o Nuño fueron cartas insufladas por una muy potencial probabilidad, y uno de ellos, De la Madrid, entró al juego por aquello de la lotería, pero con mínima oportunidad. No se advierte en el PRI un escenario de serios conflictos internos, nada que no pueda superarse en la coyuntura, el verdadero reto está al interior de la sociedad mexicana y en un López Obrador que ha aprovechado ese mar turbulento para pescar a rio revuelto. Anaya se ha ido desdibujando porque el Frente, como bien lo describió Monreal, es un auténtico laberinto.