Cuando en 2011 desde Tabasco nos llegaba información sobre la rapiña sufrida por el erario tabasqueño a manos del ex gobernador saliente, Andrés Granier, y se mostraban fotografías de hospitales a medio construir, lejos estábamos de imaginarnos el amargo futuro de Veracruz. Ya lo padecemos, particularmente en el Sector Salud cuyo titular señala “un presunto daño patrimonial por ocho mil 332 millones de pesos de recursos federales del Seguro Popular” desviados por la administración duartista. Tal rapiña explica el desabasto de medicina, los equipos descompuestos, la falta de insumos para pruebas de laboratorio, diferimiento de consultas y cirugías, limitantes para contratar especialistas, etc.,  y lo peor es que impacta directamente a la población más pobre de Veracruz.