- El Secretario Ejecutivo del Centro “Vicente Lombardo Toledano” apuntó que en los humanos la evolución biológica se trascendió a sí misma
Raúl Gutiérrez Lombardo en su conferencia dentro del 2° Congreso Internacional sobre Pensamiento Evolucionista
David Sandoval Rodríguez
08/12/2017, Xalapa, Ver.- La cultura se puede concebir como un derecho humano, porque nadie puede ser limitado a acceder y desarrollar sus propias potencialidades, con el único límite de que ese derecho respete la integridad y dignidad de las personas y la conservación y protección del medio ambiente donde viven, planteó Raúl Gutiérrez Lombardo, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales “Vicente Lombardo Toledano”.
El viernes 1 de diciembre, en la sesión final del 2° Congreso Internacional Sobre Pensamiento Evolucionista “Intencionalidad y evolución: el impacto humano sobre la biodiversidad”, que alojó la Universidad Veracruzana (UV), el académico impartió la conferencia magistral “La evolución cultural y los derechos humanos”.
Gutiérrez Lombardo comentó ante investigadores de varios países que “la cultura es origen, evolución y posibilidad; es el testimonio del paso del ser humano a través del tiempo, por ello se puede entender como un derecho individual pero también como un derecho de la comunidad porque está enfocada a su manera de vivir, de pensar, de relacionarse en el ámbito interno, de marcar los ámbitos en sus relaciones con comodidades externas y de cambiar o transformarse”.
En ese sentido, la cultura, al ser entendida como un derecho social que involucra un conocimiento compartido por los miembros de un grupo humano, choca con la idea de una cultura universal y “ése es el gran problema de las políticas públicas de muchas naciones multiculturales en las que todavía no se han superado las tensiones creadas por dicha diversidad cultural”, apuntó.
En consecuencia, la cultura puede ser un motor de desarrollo social si se parte del entendimiento y reconocimiento que juega, no sólo en el día a día de una sociedad sino en sus grandes proyectos de futuro, “porque cuando la cultura se incorpora a los procesos de desarrollo se tiene que contar con un amplio apoyo social”.
Agradeció la hospitalidad y el apoyo de la UV, en particular a Ernesto Rodríguez Luna, “anfitrión que siempre ha sido muy generoso” y recordó que el primer congreso que se efectuó en 2015 también tuvo como sede a la Veracruzana.
En ese sentido, retomó la conclusión de la ponencia del propio Rodríguez Luna, quien señaló que nosotros somos nuestra cultura, “y en efecto, somos nuestra cultura pero también nuestra biología, es esa interrelación la que ha hecho posible que entendamos porqué los seres humanos hemos llegado hasta donde hemos llegado”.
El académico señaló que en los seres humanos la evolución biológica se trascendió a sí misma en algún momento de su historia, produciendo un nuevo modo de evolución: la evolución cultural; resultado de la adquisición y almacenamiento de información extra-biológica, transmitida de generación en generación a través del lenguaje, primero hablado, luego escrito, por individuos integrados en sociedades organizadas.
“El concepto de derechos humanos ha sufrido una larga evolución, transitando de la individualidad en contradicción con el estado a una demanda social de la que el órgano estatal es el principal garante.”
No obstante, recordó también que la idea de los derechos humanos ha cambiado desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que data del siglo XVIII, y posteriormente con la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, promulgada en 1948.
“La idea de los derechos humanos, desde su perspectiva como derechos civiles y políticos, perduró por más de 150 años y hace apenas 50 años no se hablaba de los derechos económicos, sociales y culturales de una manera tan definida como ahora”, concluyó.