Para quienes saboreamos el vino tinto y no somos de gustos exigentes en esa materia, aunque sabemos que el precio no siempre es seña de calidad, no deja de asombrarnos que un vino Pomerol Petrus de 1990 alcanza un precio de 5 mil 360 euros la botella, según reportaje publicado en el Diario El País, de España. Pero el asombro no encubre la indignación que despierta saber que mientras el pueblo venezolano pasa hambre, por culpa de los gobiernos populistas que lo han atosigado, quien fuera vice ministro de energía, Nervis Villalobos, durante el chavismo, y el empresario Diego Salazar, ahora empresarios ligados a Maduro, en diciembre de 2012 compraron en París 694 botellas de ese vino, otras tantas de Dom Perignon y la factura ascendió a 493 mil 573 euros. Pecata minuta para los dos mil millones de dólares que de Venezuela llevaron a Andorra producto de sus pillerías.