A finales de 2018 los diputados panistas Josefina Gamboa y Sergio Hernández difundieron como cierta la versión de que Eric Cisneros, Secretario de Gobierno, había visitado en su residencia carcelaria a Duarte de Ochoa, pero solo fue producto de una mentira al vuelo, del clásico calumnia que algo queda, inaceptable por todos conceptos. Pero a su vez, ya en el cargo, Eric Cisneros fue inoculado con el mismo síndrome de la mentira, pues fue a Coatzacoalcos a decirle a aquella angustiada ciudadanía que los índices delincuenciales iban a la baja y el alcalde le hizo obsequiosa segunda. Obviamente nadie les creyó, más aún ahora que el INEGI informa que Coatzacoalcos es la segunda ciudad en el país en número de homicidios y la primera en feminicidios, una realidad incontrastable, imposible de ocultar retóricamente. Así no se hace política de la buena ni se transforma, para bien, la realidad.