Largo ha sido el proceso para comprar las medicinas para el Sector Salud de México, para lograrlo se ha utilizado una metodología cuya base es el principio de austeridad que enarbola el actual gobierno en nombre de la Cuarta T; ha sido un proceso complicado que ojalá no cueste más caro, pues llevó implícito el retraso o interrupción de tratamientos médicos provocado por el desabasto de medicinas e insumos curativos que en el caso de enfermos graves, cáncer por ejemplo, implican riesgo de vida. Es bueno ahorrar dinero público, sin duda, pero que no sea a costa de jugar con vidas humanas. Por lo pronto, son siete meses penando por medicinas, más los que siguen porque aún no concluye el proceso de compra de medicinas que, una vez concluido, debe completarse con el de su distribución, asunto nada fácil.