El Universal publica interesante reportaje sobre un dictamen del Instituto Mexicano del Petróleo emitido en 2008 que atribuye limitantes ecológicas, de infraestructura y sociales al municipio de Paraíso, Tabasco, para construir en ese ámbito una refinería, pese a esas advertencias, el proyecto sigue avante, ya devastaron 220 hectáreas de manglar sin contar con la manifestación de impacto ambiental. Los riesgos de inundación marina y fluvial y estar sometida a la erosión marina por “oleaje de alta energía” no detienen la voluntad presidencial de construir la refinería en Dos Bocas. Pero explican las protestas contra el proyecto presidencial de las que tanto se queja el presidente López Obrador cuando destaca que antes nadie protestaba y ahora sí. Pues sí, como no.