Héctor Aguilar Camín escribió en Milenio, ayer, un breve recuento de las acciones gubernamentales que tienen como propósito demoler la estructura del viejo régimen: a la demolición “La dureza de la fuerza destructiva, o transformadora, como quiera llamársele, es manifiesta. Para este momento la cuenta de la destrucción lleva un aeropuerto de clase mundial, un estado mayor presidencial, un régimen de salarios federales, una reforma educativa, una reforma energética, un sistema de delegaciones federales en los estados, una red de estancias infantiles, todos los programas sociales vigentes hasta el año pasado, una policía federal y al menos un punto de crecimiento de la economía”.