Debíamos casarnos para que sobreviviera nuestra relación, pero “le confinement”, como le dicen los franceses con lirismo a las órdenes de asilamiento obligatorio, fue demasiado.
Lea el artículo en el New York Times
Debíamos casarnos para que sobreviviera nuestra relación, pero “le confinement”, como le dicen los franceses con lirismo a las órdenes de asilamiento obligatorio, fue demasiado.
Lea el artículo en el New York Times