Hasta ahora se observa una disposición entre las partes para llevar a cabo una transición de un gobierno a otro por la vía de las instituciones y políticamente tersa. Así se advierte tras la segunda entrevista entre el presidente que se va y el que entrará el 1 de diciembre; habrá reuniones subsecuentes todo para un relevo institucional. Por lo pronto se acordó que habrá cambios normativos para dar lugar al nombramiento de tres fiscalías, la General, la anticorrupción y la electoral. Además, se reformará la Ley Orgánica de la Administración Pública para crear la Secretaría de Seguridad Pública antes de la toma de posesión. Lo destacable radica en que ambos presidentes pertenecen a partidos antagónicos, lo cual refleja fortaleza institucional y madurez democrática.