La vorágine de acontecimientos en México hizo pasar a segundo plano el sorprendente memorándum que el presidente López Obrador remitiera a los Secretarios de Gobernación, de Hacienda y de Educación con el supuesto de dejar sin efecto la reforma educativa instalada en la Constitución Política de México. Pero no logra disipar aún la preocupación que generó ese acto discrecional del presidente invitando a tres de sus colaboradores a hacer caso omiso de la ley, entre ellos la ministra en retiro de la Suprema Corte, Olga Sánchez. Aunque se da por sentado que los destinatarios no actuarán como lo dicta ese memorándum, porque saben de sus graves implicaciones, el solo hecho de haber sido expedido por el titular del Poder Ejecutivo Federal da muestras de un autoritarismo preocupante, que en este caso postula su muy particular concepción de que las leyes no deben obedecerse si son injustas.